domenica 13 novembre 2011

Peregrinos

¿Puedo permitirme comentar en este selecto libro fórum un instant book, por una vez?

—Bueno, pero que no se repita.

Vale… Pues hablo entonces de Arturo San Agustín, pluma venenosa del Periódico de Catalunya, que acaba de publicar Un perro verde entre los jóvenes del Papa (Ediciones Khaf), un libro reportaje sobre la Jornada Mundial de la Juventud del pasado agosto en Madrid.

Arturo San Agustín tiene apellido de santo y de converso, pero no sé yo si él, tras su experiencia de Madrid, se considera un converso. Desde luego, su libro tiene poco que ver con las Confesiones del otro San Agustín. No termina en metanoia, si es que alguien se lo esperaba.

En todo caso, yo respeto su intimidad, como aquel taxista madrileño que llevó uno de aquellos días a la Almudena a él y a otros dos colegas:

“—… No sé si son ustedes catalanes, pero cuando alguien da un palo a Mourinho, catalán seguro, y que conste que a mí no me gusta Mourinho. ¿Ustedes van a misa?

Ahora soy yo, que no me gusta el fútbol, quien decide intervenir.

—Sí, a mí me gusta Mourinho.

—A usted no le gusta Mourinho y perdone, no tenía que haber entrado en temas íntimos. Hay cosas que no se deben preguntar.

—Se equivoca. Se puede preguntar todo. Se lo digo yo que soy periodista. Otra cosa es que se quiera responder.

—Ya.”

Vamos, que Arturo San Agustín prefiere hablar del Madrid, aun siendo de Barcelona y no sabiendo nada de fútbol, que de sus creencias.

A la vez, sin embargo, su libro da voz a historias edificantes, a experiencias de fe profundas.

Hay un relato que ha removido viejos recuerdos en mí: el de los jóvenes de una parroquia de Barcelona que salen andando de Montserrat a las cuatro de la mañana y caminan en silencio durante las dos primeras horas. Yo esa experiencia, de modo seguramente menos organizado, la he vivido, y no solo en Montserrat, aunque también. Y doy fe de que cuando te pones en camino antes del alba en plena montaña, lo que te pide el cuerpo es el silencio, porque todo lo que puedas decir en ese abismo que se abre dentro de ti entre la montaña y la alborada te parece superfluo, si no es oración.

“Pilgrim it’s a long way to find out who you are… to find out where the winds die and where the stories go”, dice Pilgrim (“Peregrino”), una canción de Enya. Eso, ¿dónde van a parar las historias de los hombres?

Que todos somos peregrinos suena hoy a tópico, por desgracia… Suena a tópico, sí, porque hoy ya no sabemos distinguir, entre los ruidos del camino, la llamada de nuestro destino personal.

Nessun commento: