domenica 26 febbraio 2012

Katherine Mansfield: Nueva Zelanda como pretexto

“Entonces, ¿por qué no me suicido? Porque siento que tengo un deber que cumplir en nombre del hermoso tiempo en que los dos estábamos vivos. Quiero escribir sobre aquello, y él quería que lo hiciese”.

Quien escribe esta frase en su Diario es Katherine Mansfield, tras la muerte de su hermano Leslie en los campos de batalla de la Gran Guerra, en 1915. Los tiempos compartidos eran los de la infancia en Nueva Zelanda, donde la familia de ambos seguía viviendo. Ella, mayor que él, se había trasladado a Londres en 1908, con 20 años, y solo había vuelto a verle ya en la guerra, que él había querido hacer, en las antípodas de su tierra, como voluntario del ejército británico.
Preludio, relato publicado en 1918, es un primer resultado de ese propósito de evocación. Originalmente iba a llamarse The Aloe, y el cambio de título es uno de los datos que hacen suponer que el proyecto de Katherine Mansfield era escribir un ciclo autobiográfico sobre Nueva Zelanda, con aquel extenso cuento como Preludio del resto. En la bahía (1922), otro cuento largo con los mismos personajes, sería, en ese caso, la segunda pieza. La tercera y última —antes de que la muerte de la autora, en 1923, interrumpiera el ciclo— sería La casa de muñecas, escrita un mes después de En la bahía.
En Preludio, el áloe que un buen día florece es una epifanía de la irrupción impetuosa de la vida en la familia Burnell, que cuenta ya con tres niñas. El bebé ha nacido ya cuando encontramos de nuevo a los Burnell en las páginas de En la bahía, y en él hay que ver al hermano de la autora, del mismo modo que a esta hay que identificarla con Kezia, la mediana de las tres hermanas.

En la bahía, recientemente editado en castellano (Alba, 2011), está construido, en gran medida, a base de lenguaje interior, por medio de un recurso que Katherine Mansfield domina magistralmente: la llamada oración indirecta libre, en la que el flujo de conciencia de los personajes queda acoplado sin solución de continuidad al discurso del narrador.
La acción es nula: la familia Burnell transcurre ordinariamente uno de sus últimos días de vacaciones en la playa. Sobre todo, lo que cuenta —además del paisaje, meticulosamente observado— son los personajes, que se describen a sí mismos desde dentro: con sus pensamientos egoístas, con sus deseos utópicos, distintos en cada caso pero siempre banales e inalcanzables, con sus silencios. Los que más hablan, como Trout, el cómico cortejador de la señora Burnell, son los que menos nos dicen de sí mismos.

Por su capacidad de evocación y de penetración psicológica, la prosa de Katherine Mansfield ha sido comparada con la de Virgina Woolf, coetánea y amiga suya. En mi opinión, la supera. Y en esto coincido con la propia Virginia Woolf, quien en su diario anotó que la única escritora de la que tenía envidia era Katherine Mansfield.

domenica 12 febbraio 2012

Nella morte di Wyslawa Szymborska

Aveva quasi novant’anni, e quindi che la sua morte poteva essere vicina si supponeva. Ma lo spegnimento di una voce come la sua fa impressione comunque.

Sulla sua vita e sulla sua opera c’è nei quotidiani degli ultimi giorni tutta l’informazione di cui uno può aver bisogno, per cui è superfluo dare qui altre notizie.
Io voglio ricordarla come donna, con un breve poema che va letto a prescindere dal contesto in cui è nato. È stato composto nel 1967 ed ha per titolo Vietnam, ma un titolo più universale, come appunto Donna, gli calzerebbe benissimo.

La traduzione è di Pietro Marchesani. Si trova nell’antologia Discorso all’ufficio oggetti smarriti (Adelphi, 2004).

Vietnam
Donna, come ti chiami? - Non lo so.
Quando sei nata, da dove vieni? - Non lo so.
Perché ti sei scavata una tana sottoterra? - Non lo so.
Da quando ti nascondi qui? - Non lo so.
Perché mi hai morso la mano? - Non lo so.
Sai che non ti faremo del male? - Non lo so.
Da che parte stai? - Non lo so.
Ora c’è la guerra, devi scegliere. - Non lo so.
Il tuo villaggio esiste ancora? - Non lo so.
Questi sono i tuoi figli? - Sì.