domenica 30 ottobre 2011

La guerra de Orwell

Orwell en España, volumen publicado por Tusquets en 2003, reúne setenta escritos de George Orwell (1903-1950) sobre la guerra civil española. El más extenso es Homenaje a Cataluña, el relato de su experiencia como voluntario durante la guerra. Homenaje a Cataluña apareció en 1938 y normalmente se edita como libro a se: aquí ocupa unas 200 páginas sobre un total de 450. En las 250 restantes hay artículos, reseñas de libros, cartas y otros textos menores.

No todo me gusta en La guerra de Orwell. En especial, no me convence nada su visión edénica de la revolución. Para Orwell, la historia de la guerra de España (en su primer año, que es el que él vivió) es muy simple: tras un golpe de mano burgués, la clase obrera responde con una saludable revolución, pero al cabo de unos meses el aparato comunista, nueva encarnación de la burguesía, ahoga la revolución en sangre.

Me faltan cifras, pero estoy seguro de que los militantes de la CNT y del POUM asesinados por los comunistas en 1937 son bastantes menos que los curas asesinados por militantes de la CNT y del POUM en los primeros meses de la guerra. La revolución quizá tuvo esos bellos efectos que Orwell menciona (se impone el tuteo, se prohíbe la prostitución…), pero su sustancia fue patética, y de eso Orwell no parece darse cuenta. Matar burgueses y curas, violar monjas, quemar iglesias, requisar fábricas para el partido (cada cual para el suyo): también en eso consistió la revolución, si queremos ver las cosas como son. A la Iglesia, víctima fácil, le tocó hacer de chivo expiatorio, una vez más.

No seré yo quien defienda a Orlov y a Togliatti, pero al menos en Barcelona todo el mundo dice que desde mayo de 1937, cuando los comunistas ajustaron cuentas con anarcos y trotskistas, en la calle empezó a haber una cierta seguridad y un cierto orden, en vez de la arbitrariedad y la violencia revolucionarias.

Reconozco, de todos modos, que a pesar de esa miopía ideológica Orwell en España (y, en particular, Homenaje a Cataluña) es buena literatura: no es propaganda, o al menos no solo. Algunos pasajes merecen un replay después de la primera lectura: por ejemplo, la descripción de las distintas clases de bombas que Orwell ve caer a su alrededor en el frente de Huesca.

Un último punto: hay que descubrirse ante el editor de la obra, Peter Davison, que ha hecho un trabajo impresionante de exploración bibliográfica y de anotación.

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